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Las Apóstoles de María somos niñas entre 6 y 10 años. Las dos actitudes fundamentales a desarrollar en esta etapa de la vida son la alegría y el servicio. Además fomentamos especialmente otras actitudes como la amistad, la pureza y el amor a Dios, que constituyen los “secretos de un Apóstol de María”.
Recibimos un trocito del manto de María que nos protege y nos recuerda siempre que nuestra Madre del Cielo nunca nos deja solas, nos acompaña siempre y se preocupa por nosotras en cada momento. Desde el Santuario queremos irradiar al mundo la alegría de ser Apóstoles de María, haciendo que muchos más niños conozcan a Dios y a la Virgen.
Nuestro himno es un hermoso resumen de nuestra misión:
Porque soy apóstol de María,
donde vayas te llevaré.
Porque soy apóstol de María,
nunca te dejaré.A todo el mundo hoy vengo a anunciar
una hermosa luz que veo brillar.
Juntas podemos el camino iniciar...
¡La Mater nos guiará!Mater, yo te ayudo necesitas de mi ser:
hay niños que esperan poderte conocer.
Un apóstol de María como el Padre quiero ser
¡y en el cielo poderte ver!Las piedras del camino a un lado haré,
para dejar lo bueno florecer.
Entre cantos y alegrías nos invitas a crecer:
¡a Ti nos queremos parecer!
¡Nuestras actividades son chulísimas!
Las pre escolares somos chicas de entre 10 y 12 años. A través de actividades muy entretenidas y en un ambiente de amistad y alegría, queremos crecer en nuestra fe, aprender a amarnos y aceptarnos a nosotras mismas, a llevar siempre la verdad por delante y a actuar en todo momento noblemente: en casa, en el colegio, en las extraescolares, etc. Sabemos que solas es muy difícil conseguirlo, pero tenemos a María, nuestra Madre y Reina, que se preocupa por nosotras y nos ayuda a parecernos más a Ella y a acercarnos a Jesús y así poder conseguirlo.
¿Te apuntas a nuestras actividades?
Las escolares somos chicas entre 12 y 18 años. Durante el año vamos trabajando valores e ideales muy concretos que nos permiten ir formándonos como chicas auténticas a imagen de María, que se conozcan a sí mismas y puedan vivir la fe en lo concreto de la vida cotidiana.
En la adolescencia, que es tiempo de definición de lo que queremos ser en la vida, tiempo de crecimiento y cambios muy importantes, hay dos actitudes fundamentales por conquistar: la coherencia de vida y la autenticidad. Esta conquista es más fácil cuando nos encontramos con otras chicas que tienen los mismos anhelos y podemos compartir una vida llena de ideales, alegría, oración y autoeducación.
¿Qué actividades realizamos?
Las escolares somos chicas entre 12 y 18 años. Durante el año vamos trabajando valores e ideales muy concretos que nos permiten ir formándonos como chicas auténticas a imagen de María, que se conozcan a sí mismas y puedan vivir la fe en lo concreto de la vida cotidiana.
En la adolescencia, que es tiempo de definición de lo que queremos ser en la vida, tiempo de crecimiento y cambios muy importantes, hay dos actitudes fundamentales por conquistar: la coherencia de vida y la autenticidad. Esta conquista es más fácil cuando nos encontramos con otras chicas que tienen los mismos anhelos y podemos compartir una vida llena de ideales, alegría, oración y autoeducación.
¿Qué actividades realizamos?
Las universitarias de Schoenstatt somos chicas jóvenes a partir de los 18 años. Nos encontramos en las provincias de Barcelona, Girona y Tarragona y estamos todas vinculadas al Santuario de Valldoreix. Por medio de diversas actividades buscamos conquistar el ideal de ser una mujer nueva, a imagen de María, portadora de una misión imprescindible: llevar a Cristo al mundo, a nuestros ambientes, sea la universidad, nuestro grupo de amigos o nuestra familia, como respuesta para la Iglesia y la sociedad actual.
Vivimos tiempos de decisiones, definición de la propia vocación, de búsqueda de caminos concretos para poder contribuir y mejorar nuestra sociedad. Con Cristo y María al centro queremos conocernos a nosotras mismas, formarnos, vivir grandes ideales y luchar por alcanzar la santidad de la vida diaria. Esta santidad no es de altares, sino del día a día, de las pequeñas decisiones que van conformando la vida, y que van haciendo la diferencia.
Queremos aprender a educarnos a nosotras mismas encarnando, cada una a su estilo, la imagen de María, nuestra Madre y Reina. Lo hacemos cultivando un encuentro cotidiano con Dios que llega hasta nosotras a través de la oración, pero que también lo podemos encontrar en las experiencias que vivimos en nuestro día a día, en las personas que conocemos, en la Iglesia y en los ambientes en los que nos movemos.
¿Qué actividades realizamos?